Este lugar… parece sacado de un sueño, imperturbable, imperturbado. Solo el silencio hace eco en este bosque de inmensos árboles, enemigos de la luz. Pálidos destellos del sol alumbran los brotes de diversas plantas en estos suelos vírgenes. No hay huellas en el piso, ni el sonido de los mortales. Solo el movimiento extraño de las copas delata la presencia de algo o alguien… será el viento, no, no es eso, es algo sobrenatural que tiñe el aire con su esencia de no existencia. La falta de vida se manifiesta en un escalofrío que recorre toda la espalda. Ahí esta por fin se muestra. Sus garras chorrean al igual que sus mandíbulas. La excitación es impresionante. Respiración agitada, gemidos de satisfacción y el ligero color rosa en sus mejillas la presentan como toda una humana. Pero no hay forma de que un humano con algo de corazón pudiera hacer tal cosa. Corazón, precisamente es eso lo que sostiene en sus manos, un corazón...humano. Poco a poco se hace visible el cuerpo del dueño, falto, ahora, del músculo vital. Una pequeña niña parece ser. Aunque por su color pálido mas parece una muñeca. Sus brazos cuelgan junto a su cuerpo sobre las piernas de la criatura. Gota tras gota se mancha el suelo de sangre. Los ojos sin vida siguen pidiendo perdón, auxilio, comprensión, piedad. Lo único que obtienen es el reflejo de la hermosa puesta de sol enmarcada en los árboles sin movimiento.
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